20/12/08

Las intermitencias de la muerte

Sin duda Saramago tiene su estilo, muy caprichoso pero vale la pena por el contenido de sus novelas. Los que lo han leído, tienen que coincidir con migo que es una lectura muy fluida. Claro que hasta cierto punto, no vayan a querer encontrarse algo como las pocas desarrolladas líneas de Dan Brown.

Hace unos pocos días que terminé “Las intermitencias de la muerte”. Ahí demuestra que su imaginación va mucho más allá, y me atrevería a decir, más aún que “Cien Años de Soledad” (y conste que me inquieta decir eso). Ya me habían advertido desde antes de sus comentarios espontáneos, o de sus muy buenas puntadas, pero aún así me sorprendió soltar varias risotadas durante la lectura. En cuanto al argumento, creo que es de esos libros de los que no es tan importante cuidarte de que te cuenten el final, ni siquiera que te cuenten toda la trama, no hay algo especialmente escondido que al llegar al final del libro hará que todo se una y tenga sentido, no; el libro tiene muchos más recursos que logran atraparte. Hablando del final (y sin ningún spoiler), me gustó mucho, después de dar vuelta a la última hoja me quedé varios minutos analizando el significado, pero no creo haberlo captado del todo. Creo que Saramago trató de dar a entender que lo que diferencia a la muerte de los humanos (porque en el libro a la muerte se le da una caracterización muy humana) es que ella no puede amar, por lo tanto al amar ya no puede ser muerte.

Como dato curioso, noté en la mitad del libro una división algo notoria en la trama, algo así como uno de los libros de Sherlock Holmes “Estudio en Escarlata”, primero se enfoca por completo en la población de la nación protagonista y de repente pasamos a otro punto de vista: el de la muerte; solo que en el de Sherlock la división es hasta anunciada (“Parte uno”, “Parte dos”), lo que en Intermitencias no pasa. Totalmente irrelevante, pero vamos, aquí dreno todos mis pensamientos.

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