17/12/08

Divertida Hipocrecía

Sentados en el comedor, solo nosotros tres: mi tía, su esposo y yo. Ningún contacto visual, esperando a que la comida se sirva en cualquier momento, y mientras más rápido mejor. Mi tía nunca se comporto como tal, y yo no creo ser tan inmaduro para ser un simple sobrino.

Así es, y para nada me duele decirlo, mi tía es la persona mas intrigosa, engañosa e hipócrita que he conocido; que como todos, algo bueno ha de tener, pero yo no me hare cargo de buscar, que de eso se encargue su esposo. Y así está la dramática situación: embarazada y después casada. Que para mi abuela, la ceremonia católica disminuye la inmoralidad de lo primero (que no por eso representa mi opinión, ni siquiera que lo primero sea inmoral). Ella y yo desde hace mucho que no cruzamos palabra, pero estar sentados en la misma mesa con el esposo que acababa de conocer es una experiencia que no podía dejar pasar de escribir.

Lo tomé de la forma más divertida, mi tía quitándose sus moños en presencia de su esposo y de la familia de él, es algo fuera de este mundo, aunque yo lo sé muy bien, llegará el tiempo en que se mostrará como de verdad es, y de hecho creo que ya está sucediendo. Volviendo a la escena, yo callado y tratando de mirar a los ojos al nuevo de la familia, comencé a reírme, de verdad que no podía contenerla y menos si no sé de donde viene. Es casi obvio que fue tomado por la pareja como una falta de respeto, pero ya que, no creo que empeore mi reputación después de todo lo que mi tía le ha de haber contado al otro de mí. De repente, la escena se convirtió en algo patético: ellos dos coqueteando en frente de mí, claro que en murmullos, no vaya a ser que el idiota que está en frente se dé cuenta. Me levanté, fui por mi plato que ya estaba servido (una manía mía, no me gusta que la gente lleve mi plato hasta mi lugar en la mesa, me siento algo inútil). Llegué, me senté y comencé a ingerir. Me di cuenta que los dos se me quedaron mirando por un segundo, o tal vez menos, y después entendí. De verdad creía su esposo que haría eso? “Aquí tienes tía, fui personalmente por tu plato para que no interrumpieras tu plática… ya te había dicho cuanto te quiero?”. Muchos murmullos entre ellos dos y otra risotada mía. Si no fuera porque mi abuela (que al ser tan obvio el extraño ambiente que se vivía en la mesa) comenzó la plática con su yerno, supongo que no habrían pasado más de dos bocanadas para que terminara su sopa, me encanta ahuyentar a las personas. Con todo esto no digo que su esposo sea igual a la protagonista de todo esto, pero mínimo será un iluso. Después de eso, me divertí mucho, conocer a mi tía en otro estado, en un estado a la vez vulnerable porque alguien que la conoce muy bien estaba a izquierda, y a la vez hipócrita, porque alguien que no la conoce de verdad estaba a su derecha. Ahora solo falta conocer su lado maternal, que al parecer llegará como dentro de una semana.

Quiero mucho a mi familia, pero como dije al principio, mi tía nunca se comportó ni como tía, ni como familia. Estos dramas no han sido algo muy importantes en mi vida, pero es bueno aprender de estas experiencias, gracias a mi tía he aprendido muchas cosas. Después de todo, ya he encontrado la forma de encontrarle lo divertido.

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