28/3/09

¿Serán todos iguales?

Siempre he tenido la inquietud de descubrir que tan equivocado es el generalizar, parece injusto, pero lo injusto siempre termina siendo la realidad. Probemos: todas las canciones de Luis Miguel son iguales… todas las telenovelas mexicanas dan pena ajena… todos los judíos son iguales… ¿lo son?

Cuantas cosas se han hablado de ellos en estos días. Cuando comencé a investigar sobre el asunto de la Franja de Gaza (que por el momento me mantengo al margen, no puedes ponerte de parte de nadie cuando hay religión de por medio) leía comentarios en contra de los judíos por todos los medios de información, muy normal para mí, es una guerra y nadie puede quedar inmune. Y mientras más avanzaba, era más evidente que la cultura antisemita (perdón si lo califico mal con “cultura”) era mucho más grande de lo que me imaginaba; ya sabía yo de Sarah Silverman, pero digamos que sólo sabía de ella. Pero fue una película, aburridamente ética, en donde el tema principal era el odio a los judíos, un joven escondía sus orígenes en su nueva escuela por miedo al rechazo y en donde todos los alumnos hablaban de los judíos como si fueran unos tacaños, creídos y odiosos. Lo primero que me pregunté fue “¿De verdad hay tantas personas que piensan así?”, a lo que un amigo me contestó “Mira, de los judíos que conozco, no me llevo mal con ellos, pero que no se me acerquen.” Por mi parte, conozco a varios judíos, no me llevo bien con ninguno de ellos, siempre noté ese sentimiento de superioridad en todo lo que hacen, hasta en su forma de hablar, pero hasta ahora consideré la posibilidad de que tal vez sea porque son judíos, que no significa que lo haya aceptado o comprobado, solo lo consideré.

Ahora, que si pienso que todos los judíos son iguales, no lo sé. En estos momentos prefiero sentirme ignorante.

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