10/6/09

Finally the truth

Lanzaré una afirmación al aire, y esperaré a ver como cae; sí alguien la atrapa y la asimila, sí golpea al que de casualidad pasaba por este blog, o simplemente verla caer entre nada. Porque hoy se me cruzó en mi camino hacia la Minerva y aún no estoy muy seguro de ella, mejor no guardármela. Los seres humanos solo vivimos para preguntar, para preguntarnos, para nunca saber nada, para nadar en la incertidumbre y en casos extremos ahogarnos en ella.

¿Quiénes somos?, ¿Dónde estamos?, ¿Qué realidad es esta?, ¿Por qué nos tocó vivir tan solos?, ¿la humanidad es tan solo una especie más, o es que somos los diamantes más caros del universo?, ¿de cuantos universos?, ¿de cuantas realidades?, ¿de qué Dios o dioses?, ¿nuestra espiritualidad es una mentira?, ¿de verdad somos tan individuales?, ¿Qué es lo que cada uno de nosotros modificamos en este universo infinito?, ¿o finito?, ¿Porqué estoy yo aquí?, ¿Soy trascendental?

La mayoría de nuestras preguntas diarias no pueden enfrentarse a ninguna de las anteriores, que me importa si pasaré el examen si ni siquiera sé que es realidad y que no, no sé si lloverá mañana pero tampoco sé si al Dios que oro todo los domingos de verdad existe. Entonces pensé, “tiene que haber alguna forma de tener respuestas, de saber la verdad. Tantos milenios y un joven de 17 años sigue preguntándose eso.” Sí en algún momento hubiéramos podidos comunicarnos con otros seres… ni siquiera puedo describir lo que seríamos ahora. Y lo más importante: ha sido algo probable contactar con vida fuera de la Tierra (inteligente y razonable) y si es probable es que puede suceder, de eso no hay duda; hablo de que cualquier cosa, un mensaje, una visita, lo que sea, yo que sé. Podríamos comparar nuestras creencias, conocer otra perspectiva, su filosofía, etc. Pero no. Y si hay otra forma de conocer las respuestas, ¿por qué tampoco se ha presentado? No creo que sea mala suerte, es simplemente porque el hombre viene al mundo a vivir en la duda, y así viviremos hasta el fin de los tiempos.

Demasiado… calor.

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