Análisis a Leonardo DiCaprio

Hay ciertas actuaciones que simplemente no disfruto, que las digiero un poco desabridas o echando en falta a algún ingrediente. Por más ganas que le ponga el chef no me logra convencer. Uno de esos casos es Leonardo DiCaprio.

Sus comienzos de actor famoso, se podría decir que cuando el Titanic se hundió en la pantalla grande, tal vez un papel muy difícil para él pero Jack Dawson logró hacer llorar a miles. Se le perdonaban algunos momentos fingidos, o ese no-sé-qué que siento cuando una actuación no va bien, de todos modos era un joven Leonardo jugando a ser grande, o algo así era la cita que leí por algún lugar. No es que vea todos sus trabajos desde entonces, pero después de todo no veo una evolución en su actuación. Claro que ha mejorados sus técnicas y representa mejor los sentimientos, pero aún así es el mismo de siempre, es Leonardo salvando a los africanos en “Diamantes de Sangre” (ni fu ni fa), es Leonardo tratando de vivir una mentira en “Revolutionary Road”, con el mismo tono de voz para cada sentimiento y el mismo no-sé-qué que ayer terminó por aburrirme. Juzgarán mucho mis gustos, pero no pude llegar a ver una hora de “Los Infiltrados” (Departed) del sueño que me causaba; claro que no fue por el simple hecho de que se encontraba Leonardo por ahí, pero de los minutos que lo vi no me dio motivos de esperar a que acabara. Porque yo disfruto demasiado de una buena actuación aunque la película no esté a tal altura, un ejemplo sería “Doubt” con Meryl Streep, floja excepto en los momentos de Streep. Y lo mismo ayer que vi “Revolutionary Road” con Kate Winslet haciendo de su esposa, excelente actuación como siempre de parte de Winslet, porque en cada papel es una persona completamente diferente con sentimientos e ideas diferentes, sólo que el papel no era tan bueno para poder deleitarnos mejor. Pero Leonardo se quedó en las mismas, aunque esta vez me duele decirlo porque lo vi en una de sus mejores actuaciones.

No eres malo en tu trabajo, pero no cumples mis exigencias.